Mucho. En el Perú el “cambio climático”, fomentado por la acumulación de dióxido de carbono (CO2) básicamente, en la atmósfera, es el resultado principalmente (47,9%) de la deforestación y los cambios de uso de la tierra, anota el último Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (INGEI 2019) del Ministerio del Ambiente.
Cada arbolito indefenso en el suelo son muchos metros cúbicos menos de CO2 que dejaran de ser atrapados por su frondosa cabellera verde durante su fotosíntesis. Esa madera ilegal que llega a los aserraderos, con seguridad impide que los árboles hagan su trabajo por el planeta neutralizando el CO2. Como consecuencia habrá más carbono en la atmósfera y la temperatura en nuestro planeta seguirá aumentando. ¿Qué calor no?
A fines de este siglo, así como vamos, la temperatura promedio en la Tierra habrá subido 2,8 °C (Brecha de Emisiones PNUMA 2022) y las inundaciones por los deshielos en los polos, probablemente habrán inundado algunas de nuestras costas (La Punta en la mira).
Está claro que no sólo es la deforestación. También suman las emisiones de los combustibles fósiles (12%), ese humo negro que botan indeseables microbuses en nuestros rostros con absoluta impunidad. Tanta como las recientes normas aprobadas por el Congreso ahora en enero, en plena ola de calor, para favorecer más arboricidios en nuestra Amazonía.
Mientras decenas de ciudades en el mundo (Medellín, Róterdam, Ámsterdam, entre otras) siembran árboles para refrescar y purificar el ambiente, aquí, en este país esquizofrénico algunos oscuros intereses ilegales nos llevan en sentido contrario.
Qué bueno que en nuestra Lima la municipalidad de Villa El Salvador este plantando cinco mil árboles. ¿Porque otras municipalidades no replican su ejemplo?
Hace varios años compre un pequeño pino navideño en La Molina. Pasadas las fiestas lo traslade a un parque y durante años cuide que no le faltara agua. Hoy mi bello pino, “Alpino”, luce frondoso sus casi 25 metros. Mucha razón tenía José Martí cuando recomendaba tres compromisos vitales ineludibles: tener un hijo, escribir un libro y.…plantar un árbol (para no sancocharnos).