Los peruanos ya casi habíamos olvidado el mal recuerdo de la incapacidad de los funcionarios del Ministerio de Desarrollo y Riego (Midagri) que fracasaron, hasta en tres ocasiones, en su intento de comprar la urea tan necesaria para los agricultores.
Pero ahora un informe de la Contraloría General de la Republica sacó a la luz graves deficiencias en dos licitaciones millonarias. Las mismas que, como para no perder la costumbre en el gobierno de Dina Boluarte, habían sido anunciadas con bombos y platillos.
Son dos megaproyectos de irrigación separados por miles de kilómetros, pero unidos por un mismo destino: la incompetencia de funcionarios de esta cartera que hoy lidera Jennifer Contreras.
Hasta hace unos meses todo parecía resuelto en la licitación del “Saldo de Obra del proyecto Acarí Bella Unión II Etapa de construcción de la represa de Iruro”, en Caravelí, Arequipa. Una mega obra de S/.190 millones, que debía ver la luz este año tras varias décadas para irrigar miles de hectáreas de cultivos.
Sin embargo, la Contraloría detectó serias irregularidades en el proceso de licitación y advirtió fallas topográficas no advertidas que harían peligrar la durabilidad de la construcción. También advierte la ausencia de un estudio de impacto ambiental.
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